jueves, 27 de octubre de 2011

Triatlón piedra Roja 2011

Aunque durante la semana no tenía muy buenos augurios sobre mi rendimiento en esta prueba, y sobre todo si lo iba a pasar muy mal, finalmente ha sido uno de los triatlones que he disfrutado más de inicio a fin.
El martes previo, salimos a correr por el cerro San Cristobal,  Eduardo, Luis, Javier y yo, y me sentí sin fuerzas. Prácticamente iba arrastrándome. El miercoles que salí a rodar un poco con la bicicleta, y también me encontré con sensaciones de cansancio. Creo que a partir del jueves comencé lo que Miguel llama "la supercompensación" y a tener mejores sensaciones.
El domingo, llegamos a las 7 de la mañana a Piedra Roja. Buena hora para organizar en boxes las cosas e ir a nadar a la laguna un poco antes de comenzar a competir. 10 minutos de nado me hicieron entrar en calor muscular. Mis miedos eran los habituales antes este segmento de la prueba, que no llevo demasiado bien. Los manotazos, patadas y agobios, me hacen siempre pasar mal la fase de natación, y más en este caso que partíamos unos 250 atletas. Pero en esta ocasión, desde la partida todo fue fenomenal. Pude coger ritmo y apenas hubo enganchones ni patadas ni manotazos, tan sólo un nadador algo despistado que se cruzaba constantemente.
Finaliza el segmento de agua y voy rápidamente a tomar la bicicleta. Desde un principio comienzo con buen ritmo y a adelantar a competidores. Perfectamente acoplado y a muy buen ritmo ( me salió una media de 38 km/h) fue un continuo adelantar a otros participantes.
Por último, llegado al segmento de trote, me lo tomé más relajado que la bici, ya que los que iban delante mía me llevaban bastante distancia y yo le sacaba bastante distancia a los que venían tras mía. Tan sólo en los últimos 2 km, donde pude ver a un corredor que llevaba tantos giros como yo y podría de mi categoría, aumenté el ritmo para poder alcanzarlo.
El resultado fue 1º en mi categoría y 20 en la general.

sábado, 8 de octubre de 2011

Ardaleños en Chile

Aunque yo no conocía a ninguno de los dos, Damián porque es muy joven y cuando me marché de Ardales el apenas tendría un par de añitos, y a Juan porque el es chileno descendiente de ardaleños, y por supuesto no conocía.
La llegada de Damián a Chile hizo que amigos en común (José Calderón) nos pusiese en contacto y sus padres, a los cuales si conocía, ya me hablaron bastante de él un día que fui a Ardales.
De Juan no sabía nada, y fue Damián el que contactó con él.
Así que celebramos una junta y nos fuimos a cenar a un restaurante español con bastante fama en Santiago, y comí "paella para cenar", eso que estaba reservado para los giris en las playas de España.
Este es el inicio de "la comunidad ardaleña en Chile". ¿Seguirá creciendo?